
Su hijo James Collins, también piloto, le dio indicaciones por la radio del avión, que pronto empezó a quedarse sin combustible. Según ha contado Collins, la mujer estaba más tranquila que todos los que estábamos en tierra. Otro piloto despegó con otra avioneta para seguir sus maniobras y aconsejarla desde el aire.
Durante el aterrizaje, el morro de la avioneta golpeó contra el suelo y se deslizó sobre la pista durante 305 metros. La mujer, sin embargo, logró que el aparato mantuviera una línea recta y no volcara. Collins sufrió una lesión en una vértebra y se rompió una costilla pero se encuentra bien, según su hijo.
Fuente| AFP
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